lunes, 7 de diciembre de 2009

Revolución Francesa, la luz de la Nación.


Ariadne Opazo C.
“Liberté – Egalité – Fraternité”[1]


Hoy en día en nuestro planeta habitan cerca de 7.000 millones de personas, todos pertenecientes a una patria en la cual depositan su confianza y cariño, y ésta respectivamente les entrega a ellos seguridad, derechos y ciudadanía, entre otras, generándose así un sentimiento de armonía y seguridad, además de una constante retro-alimentación entre los ciudadanos y la nación, esto idealmente. ¿Pero cómo llegamos a tener una patria, a sentirnos representados por ésta; a ser parte de una Nación?. El concepto nación comienza a ver luces a fines del siglo XVIII, a través de distintos sucesos históricos como la Independencia de Estados Unidos y otro proceso en particular.

En el continente europeo del siglo XVIII, puntualmente en Francia, existía un panorama muy desalentador para la sociedad, exclusivamente para la que poseía menos beneficios, más conocida como el Tercer Estado o Estado Llano; ya que entre las distintas clases existentes había una enorme cantidad de desigualdades, debido a que la sociedad de ese tiempo estaba constituido por los privilegios; el tercer estado debía pagar altos impuestos mientras los nobles despilfarraban en frivolidades el dinero, esto sumado con una serie de conflictos hacia los nobles y por sobre todo hacia el Rey hicieron que la historia conocida hasta ese entonces diera un vuelco; millones de franceses iracundos se sublevaron ante el poder absoluto que poseía la figura del Rey, en ese entonces Luis XVI, quién asediado por una serie de malas decisiones produjo un profundo descontento en el pueblo francés, el Estado Llano, quienes un 14 de Julio de 1789 dieron inicio a la llamada Revolución Francesa. La Revolución Francesa fue originada principalmente por los burgueses, quienes al buscar respuestas en la ciencia comenzaron a intercambiar distintos pensamientos plasmados en libros, en los cuales los filósofos, sus autores, también burgueses; exponían sus ideas acerca del mundo en el que vivían, “el movimiento filosófico ejerció sobre la inteligencia francesa una acción profunda, despertando, primero, y desarrollando después su espíritu crítico, proporcionándole ideas nuevas.”[2] es así como estos burgueses comenzaron a criticar el ideal autoritario del estado de ese tiempo, lo que ellos buscaban con esta revolución era llegar a encontrar la felicidad en un estado “igualitario”, sin privilegios, centrada en la razón ya que esta llevaría inevitablemente al progreso. Si bien fue logrado con mucho derramamiento de sangre, como lo son lamentablemente e irónicamente la mayoría de los avances para el bienestar del hombre, contribuyó rotundamente a cambiar la forma de vida del ser humano hasta ese entonces, "La Revolución sigue siendo, después de dos siglos, la referencia privilegiada de nuestro pasado... el mito fundador de la nación".[3]
Dentro del contexto de América Latina la Revolución Francesa tuvo tal repercusión que muchos de los países que la conforman hoy en día se basaron en esta revolución y en la Americana para poder conformar lo que hoy son. “La Revolución a sido el punto de arranque de un largo proceso de luchas populares”[4]. Refiriéndonos específicamente al caso de Chile quien, situándonos en el contexto del siglo XIX (años 1800 hasta antes de 1850 aprox.), aún siendo una colonia bajo el mandato del reino español e inclusive después de la independización veían el proceso de la Revolución de Francia con total desagrado, desacuerdo y por sobre todo con horror, pero la ideología política de ésta influyó, entre los patriotas, notablemente en el proceso de conformación de la Nación, aunque no así en la Independencia, tal ves como un factor externo podría ser válido, ya que fue Napoleón Bonaparte quien hizo abdicar al poder a Fernando VII, el Rey en España en ese período, para que fuese su hermano, José Bonaparte, quien tomara el poder del trono. Pero la Revolución influyó mas en la forma de vida que se empezó a llevar a cabo y que hasta el día de hoy persiste, ese sentimiento de Nación, esa idea que inculcó; no sólo en Chile si no que en los demás países; la identificación de nosotros mismos como parte de un país, este concepto relativamente nuevo no fue si no creado dentro de las circunstancias de la Revolución y que hasta el día de hoy seguimos manteniendo como parte de nuestra identidad . Aparte la Revolución nos entregó el paradigma de República, proveniente de los romanos;una República un tanto modificada para adaptarse a los requerimientos de esa época, comenzó con brindarle a Francia una constitución, cosa que muchos países luego imitaron, ya que la constitución es la que le da la forma al gobierno y por lo tanto es la que dará al pueblo sus derechos y libertades. También toma de la mano a la democracia, la cual idealmente debe ver a todos por igual, conjuntamente con esta ideología nos entrega la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, este documento que hasta el día de hoy es uno de los más importantes para el hombre ya que no hace distinción entre clases y condiciones de vida, si no que ve a todas las personas por igual creando así un estado de armonía con el bien común, haciendo de la persona un ser idealmente digno. Sumando todos los enunciados anteriores nos podemos percatar que la Revolución Francesa si bien no influyó en Chile de una forma concreta, como en la Independencia por ejemplo, si no que fue mas un factor externo; sí influyó y de manera notable en una forma ideológica y conceptual que hasta el día de hoy podemos ver reflejado en el ser ciudadano, en el respeto a mi nación, en el tratar de ser un ser digno e integro. Aunque la revolución francesa no logre alcanzar la felicidad universal como se precisa en el fin de la revolución:
“...Que la Francia del pasado sirva de ejemplo a los países esclavos, eclipsando la gloria de todos los pueblos libres que han existido y que se convierta en el modelo de las naciones, el terror de los opresores, el consuelo de los oprimidos, el adorno del universo, y que sellando nuestra obra con nuestra sangre podamos al menos ver brillar la aurora de la felicidad universal.”[5]
Al contrario, siembra un nuevo régimen de terror; pero nos entrega conceptos claves para descubrirnos como país y como ciudadano de éste. Por lo tanto podemos afirmar que la Revolución Francesa como proceso histórico conforma un antes y un después dentro de la vida del ser humano, es un proceso vital para la definición del mundo hoy en día, de el cómo nos sentimos respecto a nuestra patria, nos brinda esa chispa de nacionalismo y nos entrega una identidad a nosotros como pueblo chileno y a todos los pueblos del planeta; además de sentar las bases para el mundo en el que hoy vivimos.

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[1] Lema de la Revolución Francesa.
[2] Soboul Albert, “Compendio De Historia De La Revolución Francesa” ( primera parte), pág.36
[3] Pierre Chaunu
[4] Cita de Soboul dentro del texto “La Revolución Francesa como Revolución Burguesa: Albert Soboul y Michel Vovelle” de Isabel Clemente, pág. 21.
[5] 17 de pluvioso, año II.

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