lunes, 7 de diciembre de 2009

Revolución Francesa: ¿Simple oportunidad o real importancia para Independencia chilena?


Nombres: Yazmín Aguayo
Paula Hoffmeister
Javiera Rodriguez
Melissa Vega
Cynthia Skirving

Un día 12 de febrero de 1818 se produce un cambio drástico en Chile: consigue su Independencia. Este cambio no fue fácil, comenzó un 18 de septiembre de 1810 con la Primera Junta Nacional de Gobierno. Influyeron factores internos como enfrentamientos al interior de la aristocracia y descontento criollo, así como también agentes externos como La independencia de los Estados Unidos de América, la propaganda inglesa con fines comerciales, la expulsión de los jesuitas, el espíritu de fronda de la alta burguesía, la escasa influencia de la revolución francesa y de la filosofía política de siglo XVIII, la intervención francesa en España, etc.[1]
Si bien todos los factores anteriores repercutieron en lo que somos ahora actualmente, ¿podemos comprender el proceso de Independencia chilena sin analizar lo que ocurría en Europa?
Nacía en Europa el llamado “siglo de las luces”, el siglo XVIII, el cual traía consigo nuevas ideas de razón y progreso que fue denominado Ilustración. Éstas, inundaron cabezas de europeos y americanos burgueses, junto con las de la masonería: Igualdad, libertad y fraternidad. Esta era una sociedad secreta que desde el siglo XVIII sus miembros se reunían bajo los principios de fraternidad y ayuda mutua, esta tuvo una gran importancia debido a que se oponía a la tradición y a lo establecido y en momentos de reunión debatía y difundía ideas ilustradas. Las ideas ilustradas crearon un cambio de mentalidad con sus planteamientos centrales:
La educación tiene una importancia central, como el medio más adecuado para formar personas libres y ciudadanos responsables […]
Todos los hombres son iguales. En tanto seres racionales, los humanos son semejantes y libres, a pesar de sus diferencias sociales y raciales […]
La monarquía debe ser una especie de contrato en que el pueblo delega el gobierno en manos del rey. Es criticable el ideal del absolutismo de que el poder proviene de Dios […]
En la esfera económica, se considera que la excesiva cantidad de impuestos de distinta índole traban la agricultura y el comercio. El Estado debe intervenir lo menos posible en el desarrollo económico […][2]
La Ilustración influyó en procesos revolucionarios e independentistas de distintos países, por ejemplo, en el de Estados Unidos y más tarde, en Chile.
Las trece colonias, ubicadas en lo que hoy conocemos como Estados Unidos, en 1775 cuestionaban su dependencia hacia la monarquía inglesa y querían hacer su propia constitución, ya que la Ilustración incidió en ellos. Para independizarse, Francia les brindó ayuda. Al subir al trono Luis XVI (1774) se inicia en Francia una gran corriente de simpatía hacia las colonias americanas que, en nombre de los principios del derecho natural, se lanzan a luchar por su independencia en contra de Inglaterra.[3]. Francia tenía un cierto resentimiento contra Inglaterra, que se había generado luego de la Guerra de los Siete Años, ya que luego de este enfrentamiento perdió gran parte de su territorio en América y Asia. Vio entonces en el levantamiento de Estados Unidos una posibilidad de venganza, así que ayudó a las colonias aportando tropas terrestres y marinas, lo que también aportó España.
Este enfrentamiento entre las trece colonias y Gran Bretaña terminó con la derrota de esta última en la guerra de Yorktown, provocando que las colonias británicas se independizaran, edificando el primer sistema político liberal y democrático dando luces así a una nueva nación: Estados Unidos de América, la cual incorporó nuevas ideas revolucionarias que defendían la igualdad y la libertad.
La ayuda brindaba por Francia generó que la deuda externa que esta había adquirido luego de la Guerra de los Siete Años se incrementara. Se sumó a esto las malas cosechas que enfrentaba el país, en 1788 el pan llegó a cuadruplicarse en ciertos momentos. [...] en toda Francia se produjeron revueltas [...] en 1789, fueron asaltados varios castillos de Provenza [...] y bandas armadas de contrabandistas circulaban por las carreteras.
Y el pueblo, hambriento, adoptaba aires tan amenazadores que los intendentes no se atrevían a mandar ejecutar a los saqueadores. En todo el país la miseria empujaba al proletariado de las ciudades y del campo a la subversión[4] . Otros factores como el descontento del tercer estamento, que a pesar de ser la mayoría de la población, no tenía mayor representación, pues no contaba con el factor privilegio, la mala gestión de la monarquía: el rey perdía su popularidad debido a chismes mal intencionados y a decisiones erradas, entre otros factores. Todos estos agentes conjugados trajeron como consecuencia una revolución que cambiaría la sociedad tanto en aspectos políticos, sociales como económicos, pondría fin al antiguo régimen y daría el antecedente para que nuevos procesos comenzaran a surgir. Se le llamó La Revolución Francesa.
Este proceso si bien fue violento y sacrificado, trajo consecuencias que repercutirían más tarde en distintos lugares y que no le serian indiferentes a nadie. La revolución marca el fin del absolutismo y deja surgir la república, nace aquí la Primera Declaración de los Derechos del Hombre, el primer himno nacional, comienza a surgir la idea de nación y de patriotismo. Los ideales del revolucionario comienzan a expandirse por Europa e incluso América, pero entonces surge la pregunta ¿tiene esta revolución una importancia real en el proceso emancipador de Chile?
En el país, la revolución se siente con dos sabores, por una parte se rechaza por la extrema violencia y porque el ideal de igualdad de los hombres no favorecía a la clase dominante, aceptaban igualdad entre los de su misma clase, pero no con lo de los otros estamentos, mas luego es observada con admiración, pues permite terminar con el absolutismo, con la dependencia a un gobierno injusto y porque demuestra el patriotismo y la libertad.
Ocurrió entonces en España, un hecho que permitió a los patriotas chilenos, inundados con ideas ilustradas y con el ejemplo de Estados Unidos, desarrollar un proceso que ya pronto cumplirá su bicentenario: La Independencia de Chile. Este hecho fue la invasión napoleónica en 1808, en donde Napoleón Bonaparte invadió España y sacó al Rey Fernando VII del poder y ofreció a su hermano José Bonaparte el trono de España. Cuando este tomó el poder hizo que se sublevaran las colonias en América, provocó guerrillas en España y privó al imperio Occidente de la mayor parte del beneficio que podía esperar de la anexión de la metrópoli española[5]. Presentó la ocasión perfecta para el movimiento independentista.
En conclusión, luego de haber estudiado los factores externos que influyen en la Independencia de Chile, podemos decir que la Revolución Francesa como tal no influye realmente en el proceso emancipador, sino más bien el hecho puntual de la salida de Fernando VII de su cargo como rey. Esta es la oportunidad que se presenta para llevar a cabo la idea de la independencia, nos atreveríamos incluso a decir que si esta coyuntura no hubiese sucedido, de todas formas se hubiera realizado la emancipación del país, pues lo que realmente influyó en esto fueron las ideas de las Ilustración y la masonería, cabe destacar que el llamado Padre de la Patria, Bernardo O’Higgins, era masón. Incidió también la Independencia estadounidense, esta demostró que era posible una desligación del país soberano, que era posible tener una república donde no se rigiera el gobierno por los privilegios. No podemos dejar de lado tampoco los problemas internos como la exclusión de los criollos de los cargos públicos, los impuestos altos o que se desarrollara la burocracia como el centro de las funciones de administración. Todo esto fue lo que desencadenó el largo proceso que trajo por consecuencia la desligación de España y la libertad de Chile, el día 12 de febrero de 1818.

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[1] Encina – Castedo, Gran Historia de Chile, Capitulo I, Pág., 101, Editorial Las últimas noticias, año 2000
[2] Almeyda, Cot, Gazmuri, Milos, García Huidobro, Historia y Ciencias Sociales. Pág. 251. Editorial Mare Nostrum año 2009
[3] Jacques Pirenne, Historia Universal Las grandes corrientes de la historia. Volumen 4 siglo XVIII Cáp. V. Pág. 453. Ediciones Leo.
[4] Jacques Pirenne, Historia Universal Las grandes corrientes de la historia. Volumen 4 siglo XVIII Cap.V. Pág. 493. Ediciones Leo
[5] Jacques Pirenne, Historia Universal Las grandes corrientes de la historia. Volumen 5 Revolución Francesa Cap.II. Pág. 173. Ediciones Leo

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